Hace poco encontré algunas fotografía realizadas hace bastante tiempo. Concretamente a inicios del 2000. En ellas salíamos Crom y yo en un escenario de ruinas "medievales", mas bien renacentistas. Una especie de pórtico custodiado por dos torres, en cuyo techo central se veía una gigantesca águila bicéfala, símbolo del imperio español durante el reinado de Carlos V.
El lugar estaba en una zona abandonada de la casa de campo de Madrid. Un sitio poco frecuentado, rodeado de campo, y de otras ruinas similares. realmente nunca llegué a saber que fue en el pasado, ni porque en medio de Madrid, se encontraban todas esas ruinas que asemejaban ser parte de casas ilustres del pasado.
El recuerdo que tengo, es de poder acceder a ellas, con total libertad. Subir por sus derruidas torretas, y andar por el interior de los patios en ruinas, con espectaculares paredes de piedra al estilo de viejos castillos medievales que aun resistían el paso de los siglos en pie.
Hoy decidí darme una vuelta por el lugar para recordar viejos tiempos, y con asombro he comprobado, como el viejo recuerdo que yo tenía del sitio, ha quedado solo en eso... en un viejo recuerdo que ha muerto con el paso de los años.
En la actualidad la civilización ha avanzado ocupando las áreas que antaño eran campo. Hoy el bosque aledaño y el camino de tierra que accedía hasta la puerta imperial de estilo toledano, son una avenida arbolada con un parque donde los niños juegan, y algunos "nuevos ciudadanos de la España progresista" se emborrachan tirados en el césped escuchando regueton.
Igualmente las murallas de castillos en ruinas que mantenían vivo el recuerdo en mi memoria, son restaurantes de lujo y ambiente pijo, al más puro estilo de cayetanos votantes del PP. O de pijo progres adinerados y acomodados en las elites del sistema cultureta. La puerta bisagra donde Crom y yo nos hicimos la bajo una majestuosa águila bicéfala en el verano del años 2002.. es hoy un restaurante llamado Madre Mía.
Un local de fiestas, y ambiente selecto, donde artistas, cantantes de moda, y demás gente del "poco politizado" cine español, realizan fiestas elitistas entre halagos de periodistas de la farándula. O gentes de bien, con pelo engominado, camisa blanca de seda, chaleco de lana sin mangas, o jersey rosa puesto sobre sus hombros, invitan a sus novias 20 años mas jóvenes, a una cena inolvidable, en una noche inolvidable. En ambos dos casos, desconociendo lo que el espacio y lugar que pisan en el presente, fue en el pasado.
Cosas como estas, inevitables por otro lado, no hacen mas que reafirmarme en mi pensamiento... Guerra y odio al mundo moderno.
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