jueves, 4 de julio de 2019

Una virgen entre los muertos vivientes, de Jess Franco

Solo un director como Jess Franco podía hacer una película como esta. Creo que es uno de los múltiples directores de genero en España no comprendidos por el gran publico. 

En su época fue un director marginal dentro de un genero marginal, pero sus películas son simplemente únicas. Raras, misteriosas, oníricas, desconcertantes, ilógicas, surrealistas, oscuras.

No dudéis en dar una oportunidad a cualquiera de las películas de Jess Franco, pero quizás y especialmente a esta; una virgen entre los muertos vivientes. Sin ninguna duda una de mis preferidas.  

Me encanta sobremanera esos espacios de silencio con voz en off narrando pensamientos que incluye en casi todos sus filmes. 

O los primeros planos aberrantes que toma en determinadas ocasiones, sin menospreciar por supuesto, esa dosis de erotismo de una época de sexplotation, sin caer en lo burdo y el mal gusto.

La trama es bastante simple, y de no ser por la genialidad de Franco en la dirección seguramente la película no tendría la magia que tiene.

A la muerte de su padre, Cristina es convocada para leer el testamento de su padre en un pequeño y surrealista publecito británico, con apariencia de pueblo mallorquin. Y si, es que el pueblo en cuestión fue ambientado en el Mediterraneo. Esto era algo muy habitual en las películas de terror español de aquellos años. Eran guionizadas en Transilvania, o en el Londres victoriano, y rodadas en pueblos de la sierra de Madrid con carteles de establecimientos que anunciaban sus productos en castellano. Formaba parte del particular encanto de toda esta etapa de nuestro cine.

Como decía, Cristina, la impresionante Christina Von Blac, joven huérfana que acude al castillo situado en el campo para encontrarse con sus parientes y cobrar la herencia que le pertenece, fruto de la trágica muerte de su padre. Suicidado en extrañas circunstancias ahorcándose en su habitación.

Como suele ocurrir en todas estas películas, la muchacha llega previamente al pueblo cercano al castillo, donde la encargada de la pensión, y un joven lugareño, la advierten de que el castillo al que desea ir, esta deshabitado desde hace muchísimo tiempo.

A pesar de ello, la hermosa chica sube al lugar y conoce a los extraños y misteriosos familiares que lo habitan. Todos ellos una mezcla de misteriosos, surrealistas, oníricos y macabros... gente imposible de entender como real.

Su tío un pianista ciego, su lúgubre tía, la voluptuosa prima Carmencé (Britt Nichols), otra prima moribunda, una misteriosa ciega… Y un extraño mayordomo (autista?) llamado Basilio (Jesús Franco); mudo, incapaz de articular palabra coherente, de aspecto enajenado.

Durante el metraje se suceden escenas oníricas, de sueños dentro de sueños, que van atrapando a la protagonista cada vez más en una asfixiante espiral pesadillesca. Muchas veces Christina no se sabe si lo que está viviendo es real o si padece alucinaciones influenciada por la demencial atmósfera.

Escenas surrealistas como Carmencé  (Britt Nichols) realizando cortes en los pechos de la ciega y succionando vampíricamente su sangre, invitando a Christina a unirse a ella; el padre ahorcado se le aparece en múltiples ocasiones, dice que “ellos”, los “parientes” son los que le han matado; persecuciones de zombies por el bosque; el tío tocando el piano mientras Carmencé, semidesnuda y alcoholizada se retuerce al ritmo de la música en la alfombra para regocijo del estrafalario Basilio…

Una historia rara, dificil de comprender, pero que atrapa al espectador por lo extraño y surrealista de las imagenes a la par que misteriosas.. ¿Que está pasando en el castillo?. Una admosfera tetrica, confusa y muy bien lograda gracias en parte a esos silencios que con voz en off y a la banda sonora.

El director Jess Franco participa como actor secundario interpretando una especie de "loco", criado y esclavo de los fantasmas del castillo como si de un Ghoul vampírico se tratara.

Es inútil buscar una lógica argumental a la trama, la tiene, pero no es lo que atrapa. Lo que te mantiene pegado a la pantalla son las escenas que se suceden encadenadas a modo de grotesca pesadilla onírica y delirante, reforzada por la fuerza visual de la belleza de algunas actrices y los primeros planos elegidos por Franco completamente demenciales.

El final y el significado de la película, no lo detallare. Verla y darle una oportunidad, sumergiros en el mundo irreal de Jess Franco y la disfrutareis. Si esperáis ver muertes y vísceras al mas puro estilo de películas americanas de los 90.. olvidarlo. Si sois ofendidos milenials que vais a ver una película machista y heteropatriarcal por que salen actrices desnudas acosadas por fantasmas... ni os molestéis. Es mejor que veáis la nueva película inclusiva de Disney.  

A todos los demás, especialmente a la gente que tiene afición y gusto por el mundo antiguo, videarla sin dudarlo. Eso si, no esperéis mucha acción. Dejaros sumergir por la admosfera irreal del filme.

La película está muy infravalorada, cuando en mi modesta opinión, es una muestra bastante lograda del cine de terror surrealista de aquellos años

En general ésta película parece estar muy infravalorada, cuando en mi opinión, es una muestra bastante lograda dentro de su género. Bastante más interesante y menos tediosa que “Al otro lado del espejo” (también de Jesús Franco), “Virgen entre los muertos vivientes” cuenta asimismo con algunas pinceladas de humor – aunque probablemente involuntario.

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