lunes, 15 de enero de 2018

Guilles de Rais, un asesino sádico o una victima política

Hace tiempo me interesé por todo tipo de asesinos medievales o renacentistas, fue así como llegue al caso de Giles de Rais. Un grandisimo hijo de la gran puta que tras combatir con Juana de Arco defendiendo Francia contra los ingleses, cayó en todo tipo de maldades relacionadas con las torturas hacia los niños, necrofilia, abusos sexuales, homosexualidad, sadismo y un largo etc. La realidad es que fue un gran héroe de la historia de Francia contra los ingleses. Pero nadie le recuerda por ello, sino por su tendencia demoniaca y pedofila.

Supuéstamente llegó a ella tras desencantarse con Dios en el momento que este no salvo a Juana de Arco de morir en la hoguera victima de la propia política francesa. Curioso, Juana había combatido por Francia en defensa de los reyes y la iglesia para después ser victima de la propia monarquía e iglesia cuando dejó de interesar. La historia oficial nos dice que Gilles de Rais comenzó a ser un personaje oscuro y deprimido, que malgastó su fortuna en fiestas intentando encontrar la felicidad y el vació que le quedó por la perdida de su amiga y admirada Juana de Arco. Arruinado se rodeó de una corte grotesca de brujas, nigromantes, alquimistas, entre los que se encontraban Guillaume de Sillé, Roger de Brinqueville, Antonio de Palerno, Heriet, Poitou, Corrillaut... Finalmente, cayó en manos de un embaucador florentino llamado Prelati quien le aseguró que llenaría sus arcas nuevamente gracias a la magia negra. (Se dice que Guilles de Rais mantenía una relación homosexual con Prelatti). El precio por contentar al diablo eran el sacrificio y tortura de niños

La historia es en sí lo suficientemente impactante y "perfecta" para todo aficionado al mundo macabro. Es el típico malo que todos hemos buscando, reuniendo en una sola persona todo lo deseado para encarnar el noble medieval maligno adorador del diablo. Poderoso, noble, sangriendo, salvaje, despiadado, tiránico, con un gigantesco castillo y potentes mazmorras, que tortura a los mas inocentes en rituales depravados de sexo, sangre, violencia y sadismo. Incluso su vida llegó al cine en la época dorada del fanta terror español, cuando el maestro del genero Paul Naschy escribió un guión de basado en Gilles: El Mariscal del Infierno.




  Escena de una misa negra en la película: el Mariscal del Infierno. Rodada en España e interpretada por Paul Naschy en el papel de Gilles de Rais, al que en el filme llama Guilles de Lancré


Lo impactante del personaje atrapa a todo el mundo que se queda en el contexto sádico y macabro. Profundizando mas en conocer cuales fueron las morbosas torturas con todo lujo de detalles, o la cantidad de niños muertos, distrayendo con ello la curiosidad por analizar otras posibles causas que fueron quizás mas reales y "humanas". 

Yo mismo he pasado largo tiempo pensando que el personaje fue un perfecto sádico medieval para inspirar cualquier letra o articulo relacionada con la música o Black Metal. No planteé otra posibilidad a la demoniaca hasta que muchos años después me puse a re investigar sobre el caso desde un punto de vista diferente, digamos mas histórico que macabro.  

Gilles asesinó durante años sin despertar sospecha, y fue capturado por una tontería en la que estaba relacionada la iglesia y sus enemigos políticos de la nobleza Bretona. Parece ser que el obispo de Nantes, Jean de Malestroit, investigó las desapariciones de niños en Bretaña y vio que no eran casuales. Malestroit descubrió los crímenes gracias al hecho de que, en plena depresión, Gilles vendió uno de sus últimos castillos, el de Saint-Etienne-de-Memorte al tesorero de Juan V, Geoffroy de Farron


Gilles se enteró de que un primo suyo, señor de Villecigne, quería comprar el castillo y creyó que Le Farron no aceptaría la anulación. Este había dejado a su hermano Jean, eclesiástico, al frente del castillo. Gilles, en otro de sus impulsos, atacó la iglesia donde Jean celebraba misa y lo secuestró, encerrándolo en Tiffauges. El ataque fue conocido por el duque de Bretaña y por el propio Malestroit. Juan V mandó a su hermano, el condestable del rey, a rescatar a Jean Le Farron mientras él intentaría apaciguar a Gilles

Al final, Gilles de Rais fue capturado el 15 de septiembre de 1440, cuando se presentó a las puertas del castillo de Machecoul, donde un grupo armado al mando del capitán Jean Labbé, que iba acompañado por el notario Robin Guillaumet en nombre del obispo de Nantes. Portaban órdenes del duque. Era el fin. Gilles de Rais se entregó, junto con Prelatti, Blanche, Henriet y Poitou, y fue llevado a juicio. El 19 del mismo mes, es decir, cuatro días después de su detención, empezó el interrogatorio que continuó el día 28, y los días 8, 11, 13, 15 y 22 de octubre.

Hay varias cosas que de entrada llaman la atención en su propio juicio. En principio era una persona obsesionada con la alquimia, y fue gracias a esa obsesión por intentar hacer oro y recuperar su fortuna perdida al caer en una depresión tras la muerte de Juana de Arco, lo que le llevó a sacrificar al primer niño. Encontrando (supuestamente) un placer oculto en él por la tortura y la violación a los menores fruto de su tendencia homosexual, que le llevó incluso a pactar con el diablo. Dicen que en el juicio proclamo lo siguiente:


Representación de Guilles de Rais en un trono rodeado de cadáveres de niños. El detalle de los críos con el cráneo al aire y con las cuencas de sus ojos vacías. Supuestamente el sádico noble sacaba los ojos de los niños estando estos vivos, penetrando las cuencas vacías con su pene para mantener una relación sexual con ellos una vez muertos

“Yo, Gilles de Rais, confieso que todo de lo que se me acusa es verdad. Es cierto que he cometido las más repugnantes ofensas contra muchos seres inocentes –niños y niñas- y que en el curso de muchos años he raptado o hecho raptar a un gran número de ellos –aún más vergonzosamente he de confesar que no recuerdo el número exacto- y que los he matado con mi propia mano o hecho que otros mataran, y que he cometido con ellos muchos crímenes y pecados".

"Confieso que maté a esos niños y niñas de distintas maneras y haciendo uso de diferentes métodos de tortura: a algunos les separé la cabeza del cuerpo, utilizando dagas y cuchillos; con otros usé palos y otros instrumentos de azote, dándoles en la cabeza golpes violentos; a otros los até con cuerdas y sogas y los colgué de puertas y vigas hasta que se ahogaron. Confieso que experimenté placer en herirlos y matarlos así. Gozaba en destruir la inocencia y en profanar la virginidad. Sentía un gran deleite al estrangular a niños de corta edad incluso cuando esos niños descubrían los primeros placeres y dolores de su carne inocente".

"Contemplaba a aquellos que poseían hermosa cabeza y proporcionados miembros para después abrir sus cuerpos y deleitarme a la vista de sus órganos internos y muy a menudo, cuando los muchachos estaban ya muriendo, me sentaba sobre sus estómagos, y me complacía ver su agonía...".
"Me gustaba ver correr la sangre, me proporcionaba un gran placer. Recuerdo que desde mi infancia los más grandes placeres me parecían terribles. Es decir, el Apocalipsis era lo único que me interesaba. Creí en el infierno antes de poder creer en el cielo. Uno se cansa y aburre de lo ordinario. Empecé matando porque estaba aburrido y continué haciéndolo porque me gustaba desahogar mis energías. En el campo de batalla el hombre nunca desobedece y la tierra toda empapada de sangre es como un inmenso altar en el cual todo lo que tiene vida se inmola interminablemente, hasta la misma muerte de la muerte en sí. La muerte se convirtió en mi divinidad, mi sagrada y absoluta belleza. He estado viviendo con la muerte desde que me di cuenta de que podía respirar. Mi juego por excelencia es imaginarme muerto y roido por los gusanos”.

“Yo soy una de esas personas para quienes todo lo relacionado con la muerte y el sufrimiento tiene una atracción dulce y misteriosa, una fuerza terrible que empuja hacia abajo… si lo pudiera describir o expresar, probablemente no habría pecado nunca. Yo hice lo que otros hombres sueñan. Yo soy vuestra pesadilla”.



No me negaréis que todo es demasiado "perfecto", es como el malo por antonomasía, el malo de los malos que todo director de cine de terror busca para escribir un guión o novela. Parece incluso un "malo" creado a posta que reúne en una sola persona todo lo mas despreciable que puede imaginar el ser humano. 

Pero mas allá de ello, hay que destacar dos cosas que a priorí parecen una contradicción. Se dice que Guilles de Rais, no se arrepintió de nada, es mas, se jactaba de haber pactado con el diablo por esa fascinación que tenía por la muerte y por causar la muerte a los demás de forma sádica. Solo cuando el Obispo le amenazo con la ex comunión Guilles se derrumbo y confesó todo. No nos recuerda esto mucho a los juicios contra las Brujas, las cuales acusadas de brujería y ante la amenaza de torturas horribles, comenzaban a confesar encuentros con el diablo, canibalismo, orgías sexuales y un sin fin de cosas similares?. Como es posible que Guilles de Rais fuera un adorador del diablo, que se enorgullecía de sacrificar niños y tener orgías sexuales con ellos, al tiempo que llora atemorizado por se excomulgado de la fe cristiana. Que alguien me lo explique. 

Oficialmente se dice que Gilles era un hombre muy creyente, hasta el punto de tener una iglesia para su uso y disfrute personal a la que acudía todas las mañanas. Por la noche había matado y asesinado, y con el alba acudía a la misa para que Dios le perdonara todos sus males. Eso se dice y es aceptado como real.. ¿estamos hablando en serió? ¿podía ser tan iluso?. ¿Mato, me arrepiento y mato?. Es cierto que la gente creyente de la baja edad media y alta edad media, no tenía un concepto de vida como el actual, y la mayoría de personajes útiles para la iglesia lo habían sido causando muerte. Por lo que matar en buena parte de la historia del ser humano no ha sido pecado, sino una parte de la vida sin mas. Pero hasta ese punto...

Se argumenta también que Gilles era una persona criada en la guerra con una infancia terrible. Un hombre que disfrutaba guerreando y matando. Nada raro al sentir del 90% de los hombres del siglo XV, los cuales se habían criado por y para la guerra, matando y muriendo en batallas terribles con armas mortíferas que producían heridas brutales. No es lo mismo matar a una persona de un disparo a 500 metros como se hace hoy. Que matarlo a machetazos o a hachazos, como se hacía antes. La gente se había insensibilizado con ese tipo de muerte, y estaba acostumbrada a conseguir todo por medio de la muerte y la tortura cuerpo a cuerpo visualizando heridas que harían vomitar hoy a cualquiera de nosotros.



Recientemente un escritor francés llamado Gilbert Prouteau, publicó un libro llamado: Gilles de Rais o la cara del lobo. En el plantea que Guilles fue victima de una conspiración política para hacer que perdiera grandes posesiones, las cuales pasaron a ser parte de la iglesia francesa. Tristemente el libro esta en Francés, y aunque me gustaría leerlo, no controlo la lengua gala, por lo que me resulta imposible acceder a la información. Yo personalmente me inclino a creer, que el caso de Gilles no fue tanto ni tan poco. 

Posiblemente fuera un hombre de su época, hoy le consideraríamos un salvaje y un violento, pero en el siglo XV era un comportamiento mas que habitual incluso en la iglesia católica. Al morir Juana de Arco, parece que el personaje cayó en una depresión de la que no fue capaz de salir. Eso es algo perfectamente entendible, ya que es frecuente y común en mucha gente que pierde un hijo o un familiar. Seguramente como dice la historia Gilles se rodeo de malas influencias que le aconsejaron mal. Incluso es posible que realmente llegara a matar niños en un ciclo vicioso obsesivo por intentar obtener favores del diablo para recuperar su fortuna. ¿Donde creo que se miente?, en todo la exaltacion del morbo. Creo que todo el aspecto mas macabro del juicio de Gilles, los concursos de cabezas cortadas, los niños colgados en ganchos aun vivos de las paredes del castillo. La necrofilia, la sodomía, el vampirismo, el canibalismo, y un largo etc de atrocidades fueron exageradas. Gilles dío a la iglesia en el juicio simplemente lo que la iglesia quería escuchar para así librarse de las torturas y la excomunión.  De las torturas lo consiguió, de la ex comunión no. Aún así tuvo una muerte digna por su condición de noble, ya que le ahorcaron, y una vez muerto, le quemaron. Cosa que no le habría ocurrido a un plebeyo, quien habría sido torturado, pues la iglesia en Francia no consideraba fiable un testimonio si antes no se había torturado, para después quemarle vivo.

1 comentario:

  1. Es un caso que puede ser perfectamente real. En nuestros días tenemos casos similares, como el de Alcàsser, el Bar España o el de Jimmy Savile.

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