martes, 7 de noviembre de 2017

El Macho Lanú, una figura mitología y fascinante del mundo hispano

Akerbeltz, Pan, Satyro.. Macho Lanú, son muchos los nombres en la península ibérica con los que se conoce a la figura arquetípica relacionada con el mundo del mas allá, que se presenta a los hombres bajo la figura mitad hombre mitad bestia. Es posible que en la península el mas conocido sea el Akerbeltz del País Vasco. Una entidad relacionada con la tierra y la protección de los animales, que durante la edad media fue identificada con el diablo, como otras muchas deidades paganas. El Akerbeltz es un genio, o espíritu pre indoeuropeo, que hunde sus raíces en las tradiciones religiosas de los pueblos animistas pre paganos y anteriores a los arios. Aun cuando cada pueblo desarrolló una tradición personal propia, lo cierto es que hay un nexo común entre todos los dioses "cornudos" pre arios del viejo continente. Casi todos los expertos coinciden en señalar que representaron la parte masculina de la tierra en la sociedad matriarcal de la edad de piedra. 
El Akerbeltz vivía en el interior de la tierra y tenía una legión de genios y espíritus a su servicio a los que invocaban las brujas en los populares akelarres. Su forma era una cabra negra, que en algunas ocasiones se mostraba con rostro humano y cuernos, como describe el inquisidor francés Pierre de Lancre en su libro "Tableu de l'Inostance". Por razones evidentes los inquisidores de aquellos tiempos identificaron todo lo que no era cristiano con el diablo. Y por tanto era fácilmente deducible que una deidad zoomorfa como el macho cabrio no podía representar nada divino, sino profano.


Si bien esta deidad o genio vasco tenía unas particularidades propias por su evolución a lo largo de los siglos en ese terreno y pueblo en particular, no menos cierto es que su rasgo común se hundía en tradiciones genéricas ancestrales similares a otros "genios" o dioses en diferentes partes de España y de Europa. El propio dios cornudo del caldero de Gundestrup, el Cernunnos de los celtas representado igualmente en las vasijas de Numancia. No es mas que una deidad pre aria, y por tanto pre céltica, relacionada con los dioses bestias de las sociedades matriarcales que no fueron desterradas por los arios (indoeuropeos) a su llegada a Europa, sino que fueron asimiladas e incorporadas sus panteones y creencias. Es mas que posible que así nacieran los sátiros y faunos del mundo greco romano, y el propio dios Pan de los helenicos, una de las pocas deidades por cierto, que no convive de forma cotidiana en el Olimpo, sino en los bosques y montes de Arcandia.
Pan era adorado como un dios de la naturaleza salvaje, no controlada por los hombres. Un dios de los pastores mitad hombre y mitad cabra, nuevamente vemos una relación entre los dioses zoomorfos con cuernos de animales propios del mundo matriarcal anterior a los indoeuropeos. Era también un dios de la fertilidad desenfrenada que vivía rodeado de ninfas a las que violaba cuando podía, e "hipnotizaba" tocando su famosa flauta... ¿Representaban las ninfas lo que años mas tarde fueron las reuniones de brujas que mantenían relaciones sexuales con el diablo?,


De Cernunnos sabemos menos, pero está igualmente relacionado con todos los anteriores como deidad, espíritu o genio fecundo que representa el complemento masculino de la madre tierra en su aspecto fertilizante y salvaje. Como todos los dioses paganos no tenía una sola función, sino que era y eran multifuncionales.
En el norte de la península había una deidad llamada por los romanos "Bestia". Era un dios de los nativos con cabeza de animal, ciervo o toro, y cuerpo de hombre. Es curioso, pero una de las imágenes con las que Akerbeltz se presentaba ante las brujas, era con la cabeza de un toro. Nuevamente aquí vemos una correlación de dios primitivo representado por símbolos comunes a travás de los siglos y que coinciden a pesar de ser vistos por diferentes pueblos: Cernunnos, Bestia, Akerbeltz, Pan, Fauno... todos son dioses con cualidades animales, cornamenta, y que representan una parte masculina relacionada con la fertilidad desemfrenada de la tierra. 
Cuando los romanos llegan a Hispania, ya había dioses cornudos aquí, y puede que por eso la llegada de sus tradiciones de Faunos y satiros no nos fuera del todo desconocida. Con el tiempo incorporamos figuras del mundo mitológico greco romano a las propias del mundo celta y proto celta. Y es aquí cuando llegamos a un ser desconocido por mucha gente, relacionado con el folklore de Extremadura, llamado Macho lanú, 
El Macho Lanú es un ser relacionado con el folklore popular de las Urdes, (Extremadúra) un ser que según se cuenta en la tradición popular. Se representa como una cabra que camina a dos patas, tiene cuernos, y cara de hombre deforme. ¿No nos recuerda esta imagen demasiado al Satiro griego?.
El macho Lanú posee una voz ronca y cavernosa con la que se dirige a los que se topan con el. Los testimonios de encuentros son múltiples, y casi todos están relacionados con pastores que se pierden durante la noche y tienen la mala suerte de toparse con este genio. 

“erguido, con dos patas cabrunas, con cuernos apuntados, con ojos vidriosos y llameantes, con dientes afilados y aviserados, con rabo de matamoscas, con la piel peliparda y con una gesticulación de mala leche subida de tono”..

Así describe Dominguéz Moreno al Macho Lanú, estamos aquí ya ante una pura representacion del mal. El dios que fue de la fertilidad y de la caza, es ya en la mitología extremeña una entidad mas moderna que nace seguramente como mito bajo condición moral cristiana, y que representa y adquiere cualidades propias del diablo. Y es que si hasta ahora habíamos visto como panes, Akerbeltz y satiros eran deidades paganas dionisiacas, que no representaban el mal en general salvo a ojos de los inquisidores. El Macho Lanú si esta rodeado de un aura de oscuridad, maldad, y ambiente negativo para quien se topa con el en su camino. Seguramente en sus origenes no fuera muy diferente a los dioses astados de la edad de piedra, y es mas que seguro que en su culto remoto fue adorado por las gentes como una deidad protectora del ganado, la fertilidad de la tierra y la fuerza bruta y salvaje de la propia naturaleza. Pero todo eso quedó ya atrás. La oscuridad fue apropiandose de este ser como en otras muchas partes, y el cristianismo hizo creer a la gente de los campos en el siglo 17 y 18, que el diablo se aparecía en las noches de las Urdes bajo una imagen aterradora, ante la cual lo mejor que se podía hacer era correr sin mirar atras y resguardarse en una iglesia o abrazado a un crucifijo, el Macho Lanú aguardaba en los caminos a aquellas mujeres y pastores que se perdían en los bosques. El Macho Lanú representaba ya todos los miedos de los hombres.

Quizás una de las descripciones mas esclarecedoras sea la de dos vecinos de Ahigal en una invernal noche oscura en la que se encuentran  hablando de sus cosas en la plazuelilla de los Santos Mártires, dando la espalda a la destartalada puerta del no menos destartalado cementerio. Ambos se estremecen al escuchar un ensordecedor balido que procede del camposanto, aunque suponen que es alguna cabra que ha entrado en busca de la buena hierba que se cría entre las tumbas. Pero a volverse comprueban aterrorizados que en el interior del cementerio, con las patas traseras en el suelo y las delanteras apoyadas sobre la puerta, Hay un macho cabrío de descomunales cuernos permaneciendo inhiesto y los mira fijamente con unos ojos que emiten azules llamaradas. No se despidieron el uno del otro. Cada uno corrió hacia su casa, y afirma Domínguez que aunque se vieron cada día durante muchos años, jamás comentaron el suceso, ni siquiera entre ellos. Pues ya no era una cuestión mas que del miedo al diablo, a la oscuridad y al infierno que el Macho Lanú arrastraba tras de el. 


Defernos - 2010

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